Un masaje de sonido hace referencia a los efectos directos del contacto de la vibración acústica con el cuerpo físico, a parte de la contribución que proporciona la percepción sonora.

 El sonido de los cuencos tibetanos tiene unos efectos calmantes y relajantes, con el resultado de sosegar la mente. Son una excelente manera para facilitar la entrada a estados de quietud e inducir a la relajación y meditación, siendo muy útiles para el tratamiento del estrés.

 El masaje sonoro tiene una duración de 60min, donde nos tomaremos unos minutos al principio y al final para que me compartas tus expectativas, la vivencia de la sesión o simplemente para disfrutar del momento presente.

En un masaje sonoro la persona está vestida en todo momento. Se recomienda ropa cómoda sin botones.

 La persona que va a recibirlo está tendida cómodamente en un futón o camilla; se colocan varios cuencos alrededor, y otros encima del cuerpo. Empezamos tomando conciencia de nuestra respiración abdominal, profunda y pausada, acompañándola con suaves sonidos de los cuencos para crear un ambiente de serenidad. Poco a poco se van incorporando más sonidos, obtenidos tanto por percusión como por fricción de los cuencos.

 Lo único que tiene que hacer la persona que recibe el masaje es mantener la presencia, aquí y ahora, concentrarse en su respiración y permanecer atenta a los sonidos dejándose mecer por ellos.